martes, 22 de junio de 2010
Una Sampere
El artista ha de imitar los detalles de la naturaleza religiosamente y con fidelidad extrema. Por ejemplo, en lo que se refiere a la estructura ósea de un animal, a la disposición de sus tendones y músculos, no puede proceder arbitrariamente, porque el animal representado perdería entonces su carácter peculiar; esto podría llamarse destruir la naturaleza. Sin embargo, en las regiones superiores de la creación artística, donde lo natural se convierte verdaderamente en una obra de arte, el artista puede jugar en un juego más libre, y si es posible llegar hasta la ficción, como ha hecho Una Sampere en este cuadro con sus mariposas distintas. Y es que el artista está respecto a la naturaleza en una doble relación: es a la vez Sampere señora y su esclava. Es su esclava por cuanto ha de usar elementos naturales para causar una emoción y ser comprendida; y su señora cuando somete a estos medios naturales a sus intenciones superiores y los hace sumisos a su voluntad.
Sin lugar a dudas Sampere quiere hablar al mundo por medio de un todo, pero este todo no lo encuentra en la naturaleza, sino que es el fruto de su propio espíritu, o si así lo prefieren, del soplo de un espíritu divino. Una imagen tan hermosa no se ha visto nunca en ella, como tampoco se ha visto un paisaje de Poussin o de Claude Lorrain, que nos parecen tan naturales, pero que los buscaríamos en vano en la naturaleza. ¿Quién diría que la pintura original del indio Marcos generará tan bellas manifestaciones del arte?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Rubén
ResponderEliminarMe has dejado emocionada con tu escrito
Gracias en verdad
uuu