jueves, 28 de enero de 2010

El hombre de las multitudes

La soledad es la condición constitucional del hombre. Los seres humanos nacemos solos y morimos solos, esto es lo fundamental. Sin embargo, en el concepto de la soledad intervienen siempre los otros; para saberse solo uno tiene que estar separado de los otros. Diríamos; uno de los componentes de la soledad es la experiencia de los otros; si no hubiese otros yo no me sentiría solo. Esta es la paradoja de aquél anacoreta: San Simeón Estalactita, que se subió a una columna y vivió años y años pero, no se daba cuenta que abajo, en la periferia había miles de gentes que lo estaban viendo, curiosos, devotos, etc. Por eso para sentirte realmente solo debes de vivir en la muchedumbre. Un cuento ejemplo de esto es “El hombre de las multitudes” de Poè. La ciudad moderna es propicia a la experiencia de la soledad, en ella experimentamos la soledad absoluta, esto es lo fundamental.

Por otra parte, hay otro tipo de soledad; la que no se sufre como carencia sino como autosuficiencia. Todo esto es porque los hombres somos seres imperfectos y necesitamos completarnos en la actividad que es aquello a lo que llamamos cultura. Sin embargo creo que el hombre moderno no sabe estar solo y tampoco sabe estar en compañía. Aquél que realmente sabe estar solo es quien sabe estar en compañía.

La soledad como el amor son consecuencias de la naturaleza humana. Los hombres somos imperfectos porque somos mortales, nos vamos a morir, en consecuencia somos personas enamoradas de lo absoluto pero nos destruimos cada vez que queremos conseguir la totalidad. Los animales están perfectamente adaptados a su ambiente, no tienen problemas, en cambio el hombre desde que nace vive mal en su ambiente y, tiene que inventar otro ambiente, es decir, es el inventor de cultura. El hombre y la mujer hacen el amor para completarse; el mito que aclara esto es el andrógino, el no necesita del otro, tiene los dos sexos, pero yo estoy condenado a mi sexo y la mujer a su sexo; esto es tan viejo como Platón y actual como él. La mujer y el hombre por consiguiente deben de rehacer el andrógino.

viernes, 1 de enero de 2010

El Golem

Durante el siglo XIII, se declaro que todo pasaje de la Biblia tiene cuatro sentidos: el literal, el alegórico, el moral y el anagogico; Escoto Erígenea, más concentrado con la noción de divinidad, ya había dicho que los sentidos de la escritura son infinitos como los colores de la cola del pavo real. Los cabalistas buscaron en el texto divino la creación de seres orgánicos. De los demonios se dijo que podían formar criaturas grandes y macizas, como el camello, pero no finas ni delicadas, y el rabino Eliezer les nego la facultad de producir algo de tamaño inferior a un grano de cebada.

Si los justos quisieran crear un mundo, podrían hacerlo. Combinando las letras de los inefables nombres de Dios. Rava consiguió crear un hombre y lo mando a Rava Zera. Este dirigió la palabra; como el hombre no respondía el rabino le dijo:

- Eres creación de la magia; vuelve a tu polvo.

Eleazar de Worms ha conservado la fórmula necesaria para construir un Golem. Los pormenores de la empresa abarcan veintitrés columnas en el folio y exigen el conocimiento de los alfabetos de las 221 puertas que deben repetirse sobre cada órgano del Golem. En la frente se tatuara la palabra "Emet" que significa "Verdad" (recordar que Jesucristo dijo: "yo soy la verdad") Para destruir a la criatura, se borrará la letra inicial, porque así queda la palabra "Met", que significa "Muerte".

Sólo con que algunos magos se pusieran de acuerdo, la creación retornaría al estado paradisiaco.

El tema de un hombre creado por los cabalistas me impresiono. Después de leer el libro de Scholem el cual menciona el tema, me apasione aun más. El amor por el Golem surgió después de leer a Borges. El Golem es al rabino que lo creo, lo que el hombre es a Dios y es también, lo que el poema es al poeta.

La osadia humana

Faetón sube hasta donde se encuentra su padre el dios Apolo y le pide una empresa inusual, guiar él los caballos del sol. Apolo duda, es una tarea difícil pero finalmente accede y Faetón en el carro solar sube al firmamento pero, a la mitad de su camino se trastorna, equivoca los caminos y pone en peligro al universo entero. Entonces el padre Zeus lo fulmina con su rayo celestial y Faetón cae incendiado en la tierra.

Faetón es una imagen de la osadía del espíritu humano y también de sus fracasos. Por eso digo que pertenezco aquellos que pretenden eternizar su nombre en su ruina. Yo soy uno de esos espíritus osados que quieren conocer, saben que el conocimiento absoluto es imposible pero sin embargo, quieren eternizar su nombre en esa tarea temeraria.

En la figura de Faetón hay dos movimientos contrarios, el asenso y la caída. Estos dos movimientos representan con mucha fidelidad mi vida misma. La transgresión, la osadía de mi espíritu que quiere conocer y el castigo. Pero hay un momento en que el asenso y la caída se cruzan. Ese momento sin duda lo adivine, lo vi. Ese instante en que los dos movimientos se juntan; dibuja en el espacio espiritual el jeroglífico de la libertad. El escritor o la libertad del espíritu.